
“Viene uno que es más poderoso que yo”, dijo Juan Bautista; “Él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego”.
“Y del cielo llegó una voz:
“Tú eres mi Hijo, el Amado, tú eres mi Elegido.””
(Lucas 3,22)
Pensemos en esta frase:
Este mundo está parado sobre la rama que está cortando y los mundanos aplauden (parados del mismo lado…)
Que Santa María, Madre del Amado, nos ayude a permanecer despiertos, atentos y obedientes a la Palabra del Señor, siempre aferrados al único Árbol de la Vida: la Cruz de Cristo, el Amado.
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